©Teresa Correa
"No desvíes la mirada. Fíjala. Se trata de ti mismo.
Esta forma que nos lleva: lenguaje, palabras, apenas
es tan fugitiva como los sentimientos que, en silencio,
nos abandonan. Todo cambia. Porque la vida no está
libre de sus formas. Y el instante que escapa despreocupa
su interrogación en el vacío"
José Jiménez
Hace varios meses José Juan Torres llegó tímidamente a tu estudio con una propuesta expositiva, recibiste un sobre lacrado en tus manos, sin mediar más palabras. Dentro, cuatro preguntas absurdas, locas, sin sentido. ¿Cuál fue tu primera impresión ante este nuevo reto expositivo?
La verdad es que estaba deseando que J.J. se marchara para abrir el dichoso sobre, (risas). Me entraron ganas de vomitar cuando leí las "preguntitas" porque cuando pude recobrar la cordura, estaba ante preguntas que son las que yo me llevo haciendo desde hace cierto tiempo, claro está, muy lejos de la altura del lenguaje del gran Neruda, sin embargo, todo me resonaba pero no sabía como abordarlo, la invitación de José Juan fue como un detonante para mí, vino en el preciso momento y no en otro, cada vez mas me reafirmo en las no casualidades; lo que si tenía claro era que serían retratos, el cómo y con quién vino después.
Tu respuesta a los interrogantes de Neruda, trasciende de una simple interpretación literal, te elevas de los límites objetivos de la misma para regalarnos una respuesta subjetiva, íntima y personal, ofreciéndonos un magistral autorretrato -en tres actos-. La mirada de tu hijo en tu mirada, ¿por qué Manuel, uno de tus tres hijos para dar respuesta a esta propuesta poética visual?
Cuando vi claro que eran tres fotopreguntas sobre el hilo del tiempo pensé que era interesante trabajar con alguien para el que el tiempo es presente continuo, la adolescencia es el momento en el que el ser humano se cree inmortal y capaz de todo, ese es mi hijo Manuel y la experiencia de trabajar juntos con Neruda ha sido muy buena para los dos.
Existe una constante en toda tu obra por el devenir del tiempo, series como Lugares cambiantes, Historias sin tiempo o Sin título dialogan con nosotros intrínsecamente en un constante anhelo de permanencia en todo lo que fluye y cambia. Itinerarios transitorios que congelas a través de la imagen, haciéndolos eternos. El enigma impenetrable de la existencia humana que nace para morir y que tan lúdicamente nos enseña Neruda en su Libro de las preguntas. La muerte es una constante en este poemario póstumo, al igual que se hace evidente en muchas de tus obras de diferentes maneras: paisajes efímeros, huesos humanos, cráneos que te acompañan y con los que dialogas en una especie de guiño shakesperiano. Una muerte que espera, al acecho, presente antes de que la sintieras acercarse. ¿Hasta que punto utilizas la fotografía para dar respuesta a los interrogantes universales de nuestra efímera existencia?
Siempre la utilizo con este propósito, yo me considero antropofotógrafa. Creo que desde el principio de todo, glaciación tras calentamiento, nos venimos haciendo las mismas preguntas, lo que cambia es la manera de representarlas, a mi particularmente me atraen muchísimo las primeras representaciones por su frescura, simplicidad, originalidad, por lo que parte de mi trabajo lo hago en Museos y el ponerme en la senda de esta búsqueda personal se lo debo a mi experiencia de trabajo con el Museo Canario y con las personas que allí trabajan,o más bien trabajaban, por carecer de las ayudas necesarias de las instituciones pertinentes para seguir adelante con la labor que realiza un Museo de la importancia mundial como nuestro Museo Canario , a mi no me cabe en la cabeza, de verdad, que esté pasando esto con El Museo Canario.
Presentas los ciclos vitales de tu existencia a través de un posible viaje iniciático adolescente, marcas simbólicas de las etapas de una vida, huellas pasadas y futuras. Estableces un ritual ceremonial donde nos haces conscientes del carácter perecedero y transitorio de todo lo sensible, un baile sincero, a través de la vida; la nostalgia de la infancia, el síndrome del nido vacío, la muerte, son destapadas sin dramatismo. Imágenes construidas desde la sencillez de las cosas, con un planteamiento filosófico más cercano a las culturas orientales que a la nuestra. Un avión hecho de papel que nos recuerda a los origami, un nido vacío, que trasluce la visión del wabi-sabi y su cercanía a la simplicidad y a la naturaleza, ¿Existe realmente algún acercamiento a las cosas y al mundo de las culturas orientales en esta serie que presentas en Con permiso de lo absurdo, una esencia empírica y espiritual que va más allá del racionamiento lógico occidental?
Me lleno de ideas a través de la literatura, soy de las que se leen varios libros a la vez y voy pasando por épocas diferentes, hace un año y medio me diagnosticaron un cáncer, en ese momento tan duro para mí me agarré a las filosofías orientales, a los poetas sufí como Rumi ,Ibin Al´Arabí, a los místicos españoles, a María Zambrano ,a José Ángel Valente,y han sido de gran ayuda para mi cabeza y mi corazón y claro, todo esto, mas la experiencia de estar en el otro lado de la vida y cuestionarte muchas cosas, seguro que ha salido todo "pá fuera".
Estás recién llegada de Seoul Photo, una de las ferias más importantes de fotografía de Asia. Curiosamente el país invitado es España y como única galería española la Galería Saro León, de Las Palmas de Gran Canaria, ¿Cuál se tu impresión como artista participante en esta feria del influyente papel que está adquiriendo la fotografía dentro del arte en este nuevo siglo? ¿Qué respuesta percibiste por parte de los coleccionistas o galeristas asiáticos ante la fotografía española? ¿Sus interrogantes ante la obra trascienden de la misma o simplemente se quedan en la superficialidad del mercado? ¿Perciben la obra a través del artista o les es indiferente?
Gracias al entusiasmo, la energía y la profesionalidad de Saro León todo ha sido mucho más fácil, pues ha supuesto un gran esfuerzo estar allí; la feria es la única feria de fotografía exclusivamente, que hay en todo el continente asiático, el nivel muy alto, allí el todo vale no funciona para nada, se mira con lupa la factura de la fotografía, importa lo que cuentas pero también el como lo cuentas y en Asia les gusta que lo cuentes bien porque ellos prestan mucha atención al pequeño detalle, en cuanto a lo que cuentan tus fotos, si se enteran que eres el autor o autora de las fotos quieren saberlo todo acerca de ti, de la foto a tus pensamientos más personales sobre todo lo imaginable y más allá, éramos los raritos de la feria porque todas las galerías eran japonesas, chinas y coreanas, entonces se acercaban con mucha curiosidad por lo exóticos que resultábamos y claro esta, llevamos un stand muy potente,los coleccionistas son bastante conservadores y nos contaron que necesitan ver el trabajo de un fotógrafo durante un tiempo antes de decidirse a comprar, nos pareció alucinante pero nos llegaron a contar que necesitan al menos tres años para decidirse a comprar.
La Fotografía esta viviendo su época dorada, no solo me refiero a la que se cuelga en los museos o galerías sino también al uso mayoritario que se hace de ella en todos los ámbitos de la vida, desde el uso domestico-familiar hasta el scanner más sofisticado con fines ciéntificos y medicos y que siga, aunque deberíamos de prestar más atención a los niños y a su relación como consumidores o receptores de imágenes, consumimos mucha imagen pero poco nos enseñan de todo lo que hay detrás.
¿Para cuándo esas birras?
El viernes en la inauguración de la exposición de Santi González en la Galería Saro León,¿qué te parece?
He registrado con mis cámaras
un pequeño mundo en pausa que posee,
toda la belleza de la incertidumbre
de lo que habría podido ser,
de lo que aún no es,
y de lo que, quizá un día, tenga lugar”.
Teresa Correa